A lo largo de la primera
mitad del siglo XX, la afición por el teatro en España va en aumento. Podemos
dividir en dos frentes la producción dramática de este periodo:
1. EL TEATRO COMERCIAL
Engloba los siguientes subgéneros:
- El género chico,
dirigido al público popular, agota sus recursos y se fragmenta en múltiples
fórmulas comerciales: parodias de óperas y zarzuelas, operetas, revistas,
espectáculos eróticos, etc. Dentro del teatro cómico, hemos de destacar las comedias de costumbres (tuvieron
mucho éxito las obras de los hermanos
Quintero, “El patio” y “Las de Caín”) y los sainetes de Carlos Arniches,
“El santo de la Isidra” o “La señorita de Trevélez”
(tragedia grotesca). Muñoz Seca crea
el “astracán”: “La venganza de don
Mendo”
- La alta comedia decimonónica
deriva en la comedia
burguesa, la cual también se puebla de personajes refinados que dialogan
brillantemente en ambientes reconocibles para el público burgués.
Destaca JACINTO BENAVENTE, quien criticó la hipocresía
y los convencionalismos sociales, pero sin traspasar lo considerado de buen
gusto, en "Los intereses creados", "Señora ama" o "La
malquerida".
- El teatro en verso
modernista intenta aproximar el género dramático a la poesía lírica. Con los
años, triunfa un teatro histórico en
verso, que renuncia al cosmopolitismo modernista para replegarse en el más puro casticismo. Se recrean asuntos de
la historia nacional y se utiliza un verso sonoro, efectista y retórico.
Destacan Eduardo
Marquina, "Las
hijas del Cid", "Doña María la Brava", "En Flandes se
ha puesto el sol" o Francisco Villaespesa, “Doña
María de Padilla”
2. EL TEATRO INNOVADOR
Algunos escritores teatrales intentan renovar la escena teatral
española, con poco éxito comercial. Dentro de este grupo podemos distinguir:
2.1. La Generación del 98: quisieron
llevar su afán regeneracionista e innovador también al teatro. Destacan las
obras de los hermanos Machado ("La Lola se va a los puertos..."), Azorín (“Brandy, mucho brandy”) y, especialmente, de Miguel de Unamuno y Ramón María del Valle-Inclán.
-MIGUEL DE UNAMUNO: Es el suyo un teatro intelectual, próximo al ensayo, que ni
busca ni alcanza el éxito comercial. Influido en sus primeras obras por la
estética simbolista, su ideal dramático se aproxima después al de los trágicos
griegos. Tiende, por tanto, a la simplificación dramática, reduciendo al mínimo
la intriga, los personajes y la escenografía. "Fedra",
"El otro", "El hermano Juan".
-RAMÓN DEL VALLE-INCLÁN: Su producción dramática, de radical originalidad, se
divide en cuatro etapas
A) Etapa decadentista. Da sus primeros pasos como dramaturgo con "Tragedia de ensueño",
"Comedia de ensueño", "El yermo de las almas"...
B) Etapa del
primitivismo. Ensaya un camino propio
con una de las orientaciones del Modernismo: el primitivismo. La violencia, la
crueldad y la barbarie quedan reflejadas en las dos "Comedias bárbaras"
de este período: "Águila de blasón", "Romance de lobos".
Los antecedentes de esta historia los dramatiza el autor años después en "Cara de Plata".
C) Etapa del
distanciamiento artificioso. Se trata de experimentos dramáticos en los
que el escritor crea un mundo artificioso, muy literario y estilizado. Obras de
este período son: "Cuento de abril", "Voces de gesta",
"La marquesa Rosalinda", "El embrujado", "Farsa
infantil de la cabeza del dragón"...
D) Etapa de los
esperpentos. En esta etapa publica "Farsa
italiana de la enamorada del rey", "Farsa y licencia de la reina
castiza", "Divinas palabras" y "Luces de bohemia".
La definición de lo que es un esperpento, aparece en “Luces de bohemia”, en boca de su
protagonista Max Estrella: “deformación
sistemática de la realidad”. Por medio de esta deformación Valle-Inclán
critica despiadadamente la situación de España.
La siguiente pieza a la que el autor
gallego denomina esperpento es
"Los cuernos de don Friolera". Los otros dos esperpentos
que integran "Martes
de carnaval" son "Las galas del difunto",
"La hija del capitán".
Otros cuatro breves experimentos dramáticos compuso
Valle-Inclán por estos años, reunidos en "Retablo de la avaricia,
la lujuria y la muerte".
2.2. Vanguardias. Ramón Gómez de la
Serna escribe “Los medios seres”
2.3.
La Generación del 27. Los poetas
del la Generación del 27 que se dedicaron al teatro se propusieron tres
objetivos:
- Quieren romper con el teatro burgués, conservador y comercial
- Tratan de acercar el teatro al
pueblo llano (García Lorca crea una compañía teatral llamada La Barraca)
- Pretenden incorporar las tendencias
vanguardistas.
Dentro de este grupo tiene un
papel destacado la labor de Federico García
Lorca, cuyo afán renovador le llevó a experimentar con formas teatrales
diversas: el teatro en verso modernista (Mariana
Pineda), el teatro de marionetas (Los
títeres de la Cachiporra), las farsas para personas (La zapatera prodigiosa)… Durante los años 30, su deseo de
experimentación dramática lo llevó por dos caminos distintos: el teatro
vanguardista próximo al Surrealismo (El
Público, Así que pasen cinco años) y el teatro realista, en el
que se reiteran temas como la libertad frente a la autoridad, el erotismo
enfrentado a las normas sociales, la esterilidad, la marginación social de las
mujeres, etc. García Lorca demuestra su maestría en el manejo de los elementos
simbólicos o de los recursos de la tragedia griega. De este periodo destacan
estas cuatro obras. La casa de
Bernarda Alba, Yerma, Bodas de sangre y Doña Rosita la soltera.
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